Relatoría de evento

 

 

 

Cartas a la UNA: expresiones de cultura unista [1]

 

María Martín Hernández[2]

mariamartin1501@gmail.com

 

Universidad Nacional Abierta

Venezuela

 

 

 

Recibido: Marzo, 2019

Aceptado: Mayo, 2019

 

La Dirección de Cultura de la Universidad Nacional Abierta, en el 2018, por segundo año consecutivo convocó a la comunidad unista a participar en el Concurso de Cartas a la UNA, el cual promueve, de acuerdo con los objetivos estratégicos de la Dirección de Cultura en su Manual de Organización del 2001, el desarrollo y difusión de las potencialidades de los miembros de la comunidad intra y extra universitaria hacia el arte de la expresión artística  a través de concursos y los difunde por medio de publicaciones (Blogspot Concurso Cartas a la UNA, 2018). Esta segunda edición estuvo orientada, específicamente, a la creación de una “Carta para un personaje ejemplar”, en el marco de la conmemoración de los 41 años de la Universidad.

A partir de la lectura de los textos finalistas y ganadores, es posible evidenciar que el concurso además de premiar y socializar cartas bien valoradas por un jurado, genera un efecto colateral que se despliega en dos sentidos. Por una parte, propicia un buen número de interesantes trabajos, sistematizados en epistolarios electrónicos, que robustece el acervo cultural de la Universidad. En un segundo sentido, constituye una vitrina que exhibe nuestra identidad, que caracteriza y distingue a un nosotros –comunidad unista- de los “otros”, pues se hace evidente una constelación de rasgos culturales distintivos. Estos epistolarios, como sucede en todos los grupos sociales que cuentan en su acervo con cartas, pueden permitir configurar una mirada de la “vida de la Universidad”, más allá de los tradicionales discursos públicos del saber y el poder.

En este caso, se despliega nuestra identidad en un ejercicio intersubjetivo, pues, las cartas dan muestras de identidad como cultura interiorizada por los sujetos, considerada bajo el ángulo de su función diferenciadora y contrastiva en relación con otros sujetos, es decir, cultura unista. De esta manera, podemos establecer las vinculaciones que propone Giménez, (2009) entre cultura e identidad, pues una de las funciones, casi universalmente atribuida a la cultura, es la de diferenciar a un grupo de otros.

Ahora bien, inspirada en Kottak, (2011), denomino “cultura unista” al conocimiento, las creencias, el arte, la moral, las leyes, las costumbres y otras capacidades y hábitos adquiridos –y compartidos- por los actores sociales de la UNA (profesores, estudiantes, personal administrativo y personal de servicio) en el ejercicio de las distintas funciones y actividades que se desarrollan en ella, como dinámica inherente a una universidad –en concordancia con Leal (2010)- en “permanente construcción”.

Aunque tales actores pertenezcan y hagan vida en ubicaciones geográficas dispersas por el todo el territorio nacional, la enculturación –proceso mediante el cual el sujeto aprende su cultura- los unifica, pues las particularidades que le son propias a Nuestra Universidad les proporcionan experiencias comunes. Estas los cohesionan como una comunidad que se configura mucho más allá del contexto que le es cotidiano a cada sede UNA; y pese a que la Universidad cambia constantemente, se mueve, presenta nuevas exigencias, pasa por transformaciones, problemas, obstáculos, dificultades, perduran creencias, valores, visiones del mundo y prácticas de trabajo fundamentales, que constituyen el pensamiento, la cultura y la cosmovisión de la UNA, descritos por Leal en 2010, en tanto Universidad a distancia. Pero también constituyen la identidad de este grupo social.

En lo que sigue explicaré, entonces, cómo esta experiencia propiciada por la Dirección de Cultura, quizás sin proponérselo intencionalmente se constituye en un prisma que permite visualizar la cultura unista, claro está desde la interpretación –y representación- de los escritores, pues las cartas conforman un tipo de género discursivo particular, un texto que exhibe una tensión entre la realidad concreta          –del acto de enunciación y del sujeto real- y su representación discursiva, representan verdaderos simulacros de una realidad pasada por el filtro de un individuo (Biblioteca Nacional de Chile - Memoria Chilena, s/f).

En los eventos descritos en las cartas, es interesante descubrir, en la intimidad de cada ecosistema UNA, hilos comunes que se entrecruzan en las más disímiles realidades, contextos y escenarios. Cada uno de los escritos se combina como las piezas de un rompecabezas, donde subyacen creencias, valores y expectativas; así pues, puede inferirse que el “mundo unista” impregna y afecta el comportamiento y las percepciones de los actores a lo largo de su vida laboral o estudiantil.

Más allá de la formalidad que demanda el trabajo administrativo y la rigidez y el tecnicismo que implica la vida académica, esta actividad de escritura propicia que los participantes afinen su “naturaleza humana”; se evidencia en sus cartas la intención de dar realce a la vida unista, identificar los valores que caracterizan a esta comunidad, hacer visibles los detalles, lo que puede parecer obvio, hasta llegar a hacer una oda de respeto por otro ser humano. Coinciden todas las cartas en enaltecer, valorar y ponderar las implicaciones de la labor del trabajador de y en esta Universidad. Los participantes en su generalidad realzan el desempeño del personaje ejemplar seleccionado en conexión directa y estrecha con la UNA. Por tanto, el compendio de todas las semblanzas de personajes logradas en esta convocatoria del concurso puede permitir –subsecuentemente- develar cómo es vista la UNA por su personal.   

Por otra parte, es interesante poder percibir cómo algunos escritores hacen evidentes las vinculaciones entre la dinámica de trabajo de la Universidad con la forma como marcha el país, y muestran sus preocupaciones por la relación causa-efecto entre el impacto del desenvolvimiento de la Universidad y el desarrollo del país, al mejor modo de calcar la situación de la UNA en la caracterización del país –y del país en la UNA.

Resalta entre las cartas ganadoras la visión de la UNA como madre, con el sentido maternal de brindar abrigo, de dar direccionalidad e intencionalidad al ser humano; sorprende la fuerza de la palabra estudiantil, la irreverencia de la edad juvenil, el análisis estudiantil del impacto en la Universidad de la realidad contemporánea venezolana, se enaltece la idea del trabajo en equipo para asegurar el éxito de la vida universitaria; también la labor de la secretaria eficiente, del jefe nutritivo, del funcionario que resuelve, motoriza, activa y se empeña en hacer que los procesos fluyan a pesar de todas las dificultades. Presentan invitaciones a mantener-nos incólumes, a mantener el ánimo, la energía de trabajo fulgurante, a mantener el entusiasmo infantil, la emoción ante el trabajo diario, la tarea asignada.

Una buena parte de los textos concursantes describen a un unista como parte del sistema de trabajo UNA, en su labor, en el esfuerzo que implica mantener el estilo de trabajo que amerita la cultura unista. Describen a personas que creen en el trabajo en la UNA como forma de vida, que se mantienen en constante desarrollo en y por la UNA, que han anclado su desarrollo personal a la labor para y por la UNA. En consecuencia, a partir de la lectura de las cartas puede caracterizarse el personal emblemático UNA, el personaje ejemplar, el que inspira, produce admiración, el que anima, sirve, que funge como funcionario responsable, más allá del cumplimiento del trabajo; sin embargo, son caracterizados mejor valorados como los seres humanos que son, son descritos como personas que escogieron a la UNA a los fines de desplegar el ser que pueden llegar a ser, que tomaron a la UNA como escenario –y excusa- para desarrollarse, aprender, crecer.

Resulta interesante evidenciar que, aunque el tiempo presente en el país está caracterizado por dificultades, contratiempos y limitaciones que a algunos los ha llenado de desmotivación y hasta desesperanza, se opte por describir como personaje ejemplar a personas que se mantienen íntegros, que no consiguen excusas para desmejorar su trabajo, quizás es porque en estos es en quien se confía en la mirada prospectiva de la UNA y resultan inspiradores y modélicos en la idea de la dirección que debería tomar la “UNA en construcción”.

En fin, el concurso potencia a la UNA como entorno social que constituye una totalidad que es más que la suma de los pensamientos e ideas individuales, reconociéndose como una universidad en permanente construcción, sobre la base del proyecto original en el que se establecieron sus cimientos.

Celebro la iniciativa de la Dirección de Cultura del concurso Cartas a la UNA como ejercicio de identidad, que nos cohesiona y nos reencuentra con el orgullo de ser unistas. Estas cartas traen consigo una bocanada de oxígeno, una resignificación de la idea que tenemos de nuestro trabajo diario, un tropiezo con las razones que nos hicieron postularnos para emplearnos en la UNA, un replanteamiento de nuestras funciones y hasta iluminación de la importancia de la labor que desarrollamos desde nuestros lugares de trabajo que impactan en el país que todos queremos, pues desde la labor que desarrollamos construimos el país.

… Al juzgar nuestra evolución como personas, solemos centrarnos en factores externos como la posición social, la influencia y la popularidad propias, la riqueza y la formación…

Sin embargo, los factores internos pueden ser aún más cruciales a la hora de evaluar el desarrollo como seres humanos. La honradez, la sinceridad, la sencillez, la humildad, la generosidad sin esperar nada a cambio, la falta de vanidad, la buena disposición a ayudar al prójimo (cualidades muy al alcance de todo ser) son la base de la vida espiritual de una persona. La evolución en cuestiones de esa índole es inconcebible sin una introspección seria, sin conocerte a ti mismo, sin ser consciente de tus puntos débiles y de tus errores...

 

Extracto de una carta escrita por Nelson Mandela a su segunda esposa.

En la ciudad de Kroonstand, con fecha 1 de febrero de 1975

(Tomada de: Conversaciones conmigo mismo, Nelson Mandela, 2010, Editorial Planeta)

 

Referencias

Biblioteca Nacional de Chile (DIBAM) - Memoria Chilena, (s/f). Género epistolar [Página web en línea] Recuperado de: http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-100640.html 

Blogspot Concurso Cartas a la UNA, (2018). ¿En qué consiste el concurso?  http://cartasuna.blogspot.com/search/label/El%20concurso

Giménez, G. (2009) Cultura, identidad y memoria. Materiales para una sociología de los procesos culturales en las franjas fronterizas. En: Frontera norte vol.21 no.41 México ene./jun. 2009

Kottak, C. (2011) Antropología cultural. México, D. F: Mc Graw-Hill/Interamericana Editores, S.A. DE C.V.

Leal Ortiz, N. (2010) Pensamiento, cultura y cosmovisión en la Universidad Nacional Abierta de Venezuela. UNA Investig@ción, Vol. II, N° 3.



[1] El presente texto se deriva de la experiencia de la autora como jurado de la segunda convocatoria del Concurso Cartas a la UNA.

[2] Profesora en la especialidad Educación Especial, Mención Deficiencias Auditivas y Problemas del Lenguaje, (UPEL-Instituto Pedagógico de Caracas). Magíster en Educación a Distancia (Universidad Nacional Abierta). Premio Anual UNA en las categorías: Innovación, 2006, Investigación en Educación a Distancia, 2010; Premio a la Trayectoria Investigativa CIP-UNA, 2018. Profesora Agregada Universidad Nacional Abierta. Asesora en lectura para el Programa de Lectura y Escritura para los niños de la UNA (PROLECS-UNA). Experiencia universitaria en formación lingüística de docentes, diseño instruccional, formación para la docencia universitaria a distancia, producción editorial de publicaciones universitarias, e investigación en literatura ecológica.