Escuela: geopolítica de saberes e identidades

 

Janett Fermín Andarcia [1]

Jfermin1956@hotmail.com

 

Universidad Nacional Abierta

Venezuela

 

 

 Recibido: Octubre, 2017

Aceptado: Julio, 2018

 

 

RESUMEN

 

Ver la escuela como un espacio de expresión comunitaria, desde una perspectiva de saberes milenarios y experiencias de sistematización, es reconocer el valor que la dimensión de lo ancestral tiene en la conformación de la identidad, afianzándose en la constitución del ser, propiciador del encuentro de saberes, diálogo y actitudes que van más allá del espacio ocupado por la planta física escolar; tales han sido las guías conformadoras del propósito de este papel de trabajo para resaltar el hecho de que un ser con identidad no es avasallado por las inclemencias de los momentos, sino que es un ser identificado con el rehacer histórico de su espacio y su tiempo, con sentido de historicidad de ese pasado, en presente, ese ser–sido-siendo. En este ensayo, a través del uso de la hermenéutica como recurso de interpretación de la realidad, la autora, se propone una invitación a ver la otra escuela.

 

Palabras clave: escuela, geopolítica, identidad, saberes.


 

The School: the geopolitics of knowledge and identities

 

Janett Fermín Andarcia

Jfermin1956@hotmail.com

 

Universidad Nacional Abierta

Venezuela

 

 

 Received: October, 2017

Accepted: July, 2018

 

 

ABSTRACT

 

To see the school as a space for community expression, from a perspective of millenarian knowledge and experiences of systematization, is to recognize the value that the dimension of the ancestral has in the conformation of identity, taking hold in the constitution of being, encouraging the encounter of knowledge, dialogue and attitudes that go beyond the space occupied by the school building; such have been the guides shaping the purpose of this work paper to highlight the fact that a being with identity is not overwhelmed by the inclemency of the moments, but is a being identified with the historical re-creation of its space and time, with a sense of historicity of that past, in the present, that “to be-been-being”. In this essay, through the use of hermeneutics as a resource for interpreting reality, the author proposes an invitation to see the other School.

 

Keywords: School, Geopolitics, Identity, Knowledge

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Escola: geopolítica de saberes e identidades

 

Janett Fermín Andarcia

Jfermin1956@hotmail.com

 

 

 

 

RESUMO

 

Ver a escola como um espaço de expressão comunitária, desde uma perspectiva de saberes milenários e experiências de sistematização, é reconhecer o valor que a dimensão do ancestral tem na conformação da identidade, afianzándose na constituição do ser, propiciador do encontro de saberes, diálogo e atitudes que vão para além do espaço ocupado pela planta física escolar; tais têm sido as guias conformadoras do propósito deste papel de trabalho para realçar o fato de que um ser com identidade não é avasallado pelas inclemencias dos momentos, sina que é um ser identificado com o refazer histórico de seu espaço e seu tempo, com sentido da história desse passado, em presente, esse ser–sido-sendo. Neste ensaio, através do uso da hermenêutica como recurso de interpretação da realidade, a autora, se propõe um convite a ver a outra Escola.

 

Palavras-chave: escola, geopolítica, identidade, saberes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Los espacios educativos debemos

inventárnoslos desde la posibilidad

de que en ellos convivan también

nuestras alegrías y nuestros sueños.

 Caraballo. 2014

 

Introducción

            Abordar la Escuela significa hoy pensarla en un abrazo anudado en tiras que vienen de la configuración curricular, histórica, económica, cultural y vivencial para hacerla el centro de los encuentros donde se perfile lo cotidiano afectivo; solo así es posible considerar  la mixtura de saberes que permiten el hacernos con sello de identidad, en un espacio en el que, como organización social, vivimos, actuamos y llevamos a cabo nuestra acción.

            Es  una realidad que abarca  lo inmediato más cercano y próximo vivido; es decir, donde lo cotidiano comunitario se ve influido por cada uno de los elementos que lo conforman, porque es una realidad que no existe ajena al ser que la habita, y en consecuencia a la Escuela, como expresión social por ser y el accionar tanto individual, como grupal, colectivo, consciente e inconsciente, el que la crea, modifica y transforma.

            Así, producto de la historia y circunstancias personales y sociales, a su vez conformada de acuerdo al devenir histórico, pleno de interpretaciones ideológicas es que se va conformando en la Escuela una Geopolítica de Saberes e Identidades como forma de abstracción sobre la realidad para interpretar sus múltiples dimensiones estructurales e históricas y explicarnos su razón de ser, su sentido.

            Se constituye una geopolítica de saberes e identidades en una Escuela donde la sabiduría popular comunitaria tenga la oportunidad comprometida de expresar su sensibilidad e ingenio, su propio universo vocabular, para construir y caminar en un proceso educativo con pertenencia y pertinencia cultural propia.

 Cuando se habla de una comunidad, se parte del hecho de que ese grupo, hace y vive una práctica social. En esa práctica, sostiene Nuñez (2010),” su comprensión  y su mejoramiento en términos racionales y políticos, es el verdadero objetivo del proceso educativo” (p.93).

            Es esa construcción del proceso educativo, redimensionada, multivariada y poliestètica, la base para hacer del conocimiento y saber útiles propios del papel cultural de las ciencias en tanto estrategias de formación de imaginarios y de conceptos del ser.

            Ver y leer a la Escuela en una geopolítica de saberes e identidades, es iniciar la búsqueda de las aporías surgidas en ambas categorías. Por un lado la Escuela como espacio y centro de un vivir de expresión económica, política, social, cultural y hasta religiosa, como expresión del Estado, cumplidor de estatutos constitucionales y humanos; en otro vértice, los saberes, donde prevalece la actividad científica “formal”, fáctica, de método, experimento y resultados versus las actividades sostenidas y apoyadas en el contexto de la tradición y las prácticas sociales. Las respuestas podrían estar en la interrogante, guía del presente análisis ¿Cómo llegamos a ser lo que somos?

            Entre las múltiples miradas se tiene, tal como señala Fernández de Romero (2012), “es el contexto cultural lo que da sentido a una cosa o fenómeno y que es un proceso histórico-ontològico que revela el sentido de lo que somos y las condiciones de posibilidad que permitieron la constitución de nuestro ser en el presente (p.49).”

            Significa que los términos: Escuela, Saberes e Identidad, son concebidos como ideas constituidas en esquemas de análisis, que construidos socialmente son conformadores de las subjetividades ya que la relación  individuo- sociedad- cultura, se vivencia y expresa a través del hacer comunitario, de la experiencia de vida y de las prácticas sociales, donde se tiene que la identidad es el elemento clave y organizador en las relaciones del ser consigo mismo y con los otros, a partir de las cuales se estructura (la identidad): se conciben a si mismos, a sus actos, a sus sentires y vivires.

            La geopolítica de los saberes e identidades, abordada desde la Escuela, permitirá la lectura del imaginario colectivo diferenciado, con significados específicos locales, ambientales y sociohistóricos, que varían en función de las expresiones culturales y de las épocas. Tiene ver con el desarrollo de una mirada que canalice las dinámicas del reconocimiento.

 

Cosmovisión y geopolítica del espacio educativo: las miradas del ser.

            Delimitar los marcos o fronteras de abordaje de lo “educativo” es aceptar que la Escuela es una organización de expresión comunitaria, basada en principios y valores, y en una perspectiva cultivada en saberes milenarios y experiencias, tanto de atención como de sistematización, hasta de los ciclos naturales. Se requiere pues, reconocer plenamente la importancia de la cultura como dimensión y valor inherentes a la perspectiva ancestral de nuestras comunidades. Por ello, sostienen Rodríguez y Duque (2013), “es pertinente propiciar el encuentro de saberes, el dialogo entre experiencias y la promoción de opciones para el cambio de actitudes y patrones” (p.56)

            Según lo señalado, hablar de cosmovisión es colocar la mirada sobre el territorio que ocupa la Escuela y su acción más allá de la calle principal que une en lo largo y en lo ancho las cercas de lo académico. Es una visión que comparte lo académico ancestral, con sus concepciones y ceremonias, implicadas en la visión y misión de vida.

            Afirma Díaz Mirabal (2013) que” territorio no es sólo tocar y sembrar en la tierra. En él está la explicación de dónde venimos, para dónde vamos, a dónde regresamos, y tiene que ver con oraciones, con sueños (…) tiene que ver con cantos rituales, artesanías y por supuesto tiene que ver con nuestras formas de comunicarnos. Todo ello implica la observación de unas normas propias dentro de lo cultural “(p.54).

            Es esa forma de organizar el pensamiento lo que permitirá privilegiar el rehacer histórico de los espacios, siendo esta genealogía la que mostrará el sentido de historicidad de ese pasado en presente, ese ser–sido–siendo; con lo que se facilitará el reinterpretar siempre y de otra manera la historia. Se necesita para ello, tal como sostiene Foucault (1973), “descripciones históricas que necesariamente se ordenen a la actualidad del saber” (p.13).

            Al hacer uso de lo afirmado en La Verdad y las Formas Jurídicas,  de Foucault (1973), se tiene que esa configuración subjetiva, como producto del entrelazamiento de los elementos históricos, las pautas de comportamiento, el sistema social, y los modelos mentales tenidos a partir de la expresión económica, política, jurídica y social entre los miembros de la organización social, es lo que define, uniendo pero a la vez diferenciando, la cosmovisión, como expresión de la mirada del ser, expresada desde siempre en la concepción geopolítica de lo educativo.

            De acuerdo con los significados otorgados por el hombre a su actividad, señalan Berger y Luckman (1972) que:

(…) la habituación torna innecesario volver a definir cada situación de nuevo, paso por paso. En nuestras comunidades, podría decirse que empíricamente, la parte más importante de la habituación de la actividad humana se desarrolla en la misma medida que su institucionalización. Por eso, no se puede comprender adecuadamente lo que es una institución si no se comprende el proceso histórico en que se produjo ya que, por el mismo hecho de existir, también controlan el comportamiento humano estableciendo pautas o normas (p, 40).

Así, la Escuela, como realidad institucional tiene una historia que antecede a la de los miembros de su comunidad, es decir, ya existía antes de que él naciera y estará después de su partida; se tiene que la propia biografía de los individuos se aprehende como un episodio que se ubica dentro de la memoria colectiva, resistiendo a todo intento de cambio.

            Podría agregarse, como afirman Berger y Luckman(1972),”que solo con la transmisión del mundo social a una nueva generación (o sea, la internalización según se efectúa en la socialización) aparece verdaderamente la dialéctica social fundamental en su totalidad y es solo al aparecer una nueva generación que puede hablarse de un mundo social” (p.86).

Igualmente, afirman los mencionados autores, esta realidad, empero, es histórica y la nueva generación la recibe como tradición más que como recuerdo biográfico.

            En estas miradas encontramos  las formas jurídicas de Foucault ya que la Escuela puede siempre reconstruir las circunstancias en las que se estableció su mundo. Vale decir, que pueden alcanzar el significado como institución, ejerciendo su capacidad de memorización.

            El conocimiento que se tiene de la historia institucional es de oídas, y  la “partida de nacimiento” de la institución escolar resulta inaccesible por la memoria. Ello hace necesario explicar su existencia mediante formas de legitimación coherentes, para poder elevar la convicción de su esencia a las nuevas generaciones y  el orden institucional legitimado socioculturalmente elabora su cubierta de legitimaciones, protegiéndola de las interpretaciones tanto cognoscitivas como normativas, para anular todo curso de desviación  institucionalmente.

            Cuando el hombre, como individuo social, reflexiona sobre los momentos hitos de su vida en comunidad, tiende, por lo dado en esa cosmovisión y geopolítica del espacio educativo, a encajar sus significados dentro de su estructura biográfica en saberes e identidades.

            Sobre el particular, tomo lo afirmado por Maturana y Verden-Zoller (2011) al señalar que:

(…) los miembros de distintas culturas viven, se mueven y actúan de manera distinta, llevados por configuraciones diferentes en su emocionar que determinan en ellos distintos modos de ver y no ver (…) son los distintos modos de emocionar de las distintas culturas lo que de hecho las hace distintas como ámbitos de vida diferentes (p29)

Al desplegar  la mirada y , en consecuencia,  la cosmovisión y geopolítica en el espacio educativo, se debe incorporar el hecho de que un cambio en lo cultural, a la vez genera un cambio  en la configuración del actuar y el emocionar de sus miembros, por ser propiedad intrínseca de los seres humanos que la realizan.

 

El espacio del encuentro de saberes: nueva geopolítica o nueva colonialidad.

La concepción eurocéntrica, que domina la idea de los espacios tanto educativos como culturales, ha prevalecido en nuestra realidad a pesar de estarse dando los primeros pasos hacía una descolonización del saber.

            Esos primeros pasos han estado marcados por una “nueva” visión de la misión del Estado en materia política, cultural y,  como consecuencia, en lo educativo, concretado en la concepción del nuevo curriculum escolar, aunque se evidencia lo expresado por Boaventura de Sousa Santos (2010) cuando dice , “no de una ausencia, sino de varias, expresada en diferentes modos de producir esa ausencia, dándose la transformación de la ciencia y de la nueva cultura en criterios únicos de verdad y de calidad estética”(p.3).

            Ante lo que tenemos, señala el autor, se da una complicidad que  une las dos formas culturales, expresada en el arrogamiento en sus respectivos campos por ser cánones exclusivos de producción tanto de conocimiento como de producción artística, entonces, la nueva geopolítica está asumiendo nuevos cánones y todo lo que el nuevo canon no legitima o reconoce es declarado tal como señala de Sousa Santos (2010),

            En esta nueva mirada de la geopolítica, encontramos nuevas expresiones de la colonialidad,  conceotualizada según lo que expresa Quijano (2000) cuando dice  que la “colonialidad se refiere a aquello que interviene decisivamente en el encuentro de dos procesos históricos” (p.205). Aún hoy, prevalecen relaciones de dominación con el control de la autoridad y de la subjetividad, teniéndose en consecuencia un nuevo patrón de poder.

            En sí, el análisis de lo que se denomina la nueva geopolítica (¿Nueva Colonialidad?) para preservar el espacio que propicie el encuentro de saberes, permitirá comprender los elementos conceptuales que se suplementan ya que, si la colonialidad implica la realidad geopolítica, entonces se tiene que reconocer en la forma epocal de hoy un mundo en el cual el problema del sujeto, y su sujeción colonial, no logra disolverse, como bien lo dice Quijano (2.000) “la descolonización cotidiana se nos presenta quizás como el primer movimiento vital” (p.222).

Se expresa la inquietud de ese construir en la nueva concepción del espacio educativo, como ya invita desde 1999 Hans-Georg Gadamer, al plantear que (…) ajena a las “competencias” y a las “habilidades”, la auténtica educación es un resultado de la voluntad de autoeducarse conforme a los elevados ideales de la cultura.

            En el encuentro de saberes dado en la escuela que se quiere ver, la conversación con los otros se convertirá en el medio para el autoeducarse juntos;  como señala el autor, al papel de la lectura de las ideas de aquellos que no están con nosotros, ¿Quién niega que la base de nuestra formación escolar parte de las enseñanzas ancestrales?

            Retomando lo planteado por Gadamer (1999) citamos:   “no olvidar jamás que nos educamos a nosotros mismos, que uno se educa, y que el llamado educador participa sólo (…) con una modesta contribución, ya que en nuestra América las tradiciones familiares y el mantenimiento de la lengua materna se respetan y se cultivan, y existe una sensibilidad para lo que uno debe y desea saber, y esto solo se concibe en el trato con el otro” (p.90).    Al respecto, para Caraballo (2014) expresa:

…los espacios educativos han sido desdibujados por la pervivencia de la dimensión técnica- racional, que es la razón científica moderna, domesticando lo educativo y la educación humana, expresada en lo ético-ciudadano, la educación del corazón, la voluntad del saber, ya que, encontramos que en cada espacio educativo se están movilizando nociones e ideas que en la mayoría de los casos responden al nudo de las ataduras  del pensar como producto de la relación saber-poder (p.3).

            Para considerar la coyuntura latinoamericana de finales de siglo XX y comienzos del XXI se hace indispensable, sostiene Lander (2010), la perspectiva pluralista,  que acepta tanto la fragmentación como las combinaciones múltiples entre tradición, modernidad y postmodernidad, por ser la forma de poder comprobar el desenvolvimiento de los rasgos que caracterizaron la modernidad en términos de emancipación, expansión, renovación y democratización, elementos indispensables en la concepción del nuevo pensamiento, expresado en los cambios dados en los paradigmas educativos, los cuales parecieran definir nuevas formas jurídicas y de poder. Las escuelas encarnan y expresan formas de autoridad, tipos de conocimiento, regulaciones morales e interpretaciones del pasado legitimadas y transmitidas.

            Se tiene entonces, el planteamiento que invita a la nueva lectura o mirada de la Escuela, como una geopolítica, para abordar el espacio que permitirá el anhelado retome del encuentro de saberes, donde los diversos dialoguen ya que todos tenemos el mismo potencial para respetarnos.

Referencias

Berger, P. y Luckman, T. (1972). La construcción social de la realidad. Amorrortu: Argentina.

Caraballo, N. (2014). Colonialidad del saber y geopolítica de los espacios educativos. Seminario Margarita. Mimeo. 

De Sousa Santos, B. (2010). Descolonizar el saber, reinventar el poder. Trilce: Uruguay.

Díaz M, José G. (2013).Demarcación: Importancia de los territorios indígenas para la conservación de la cultura y la vida. (Conferencia). En Nuestra América. FONACIT: Caracas.

Foucault, M. (1973). La verdad y las formas jurídicas. (Mimeo).

Fernández de Romero, I. (2012). El proyecto educación: una oportunidad para rescatar la voluntad de hacer sentido holístico. En Nuestra América. FONACIT: Caracas.

Gadamer, G. (1999). La Educación es Educarse. Mimeo.

Lander, E. (2010). El nuevo espacio educativo. Material no publicado. Doctorado en Ciencias de la educación UDO. Cumaná.

Maturana, H. y Verden-Zoler, G. (2011).Amor y Juego. Fundamentos olvidados de lo humano. Desde el patriarcado a la democracia. Granica: Argentina.

Núñez, M. G. (2012). El rol de la educación en la hegemonía del bloque popular. En ¿Qué es la Educaciòn Popular? Caminos: La Habana.

Quijano, A. (2000). Colonialidad del Poder, eurocentrismo y  América Latina. Mimeo.

Rodríguez, L. y Duque Moreno, J. (2013). Mitología y cosmovisión de los pueblos originarios de Venezuela. Aportes del buen vivir en el marco de la Cumbre Río+20. En  Nuestra América. FONACIT: Caracas.

 

 

 

 

 



[1] Sociólogo (1980), egresada de la Universidad del Zulia, con formación de Postgrado en Docencia para la Educación Superior  de la Universidad Rafael Urdaneta (1988), desde sus inicios profesionales se ha destacado en el campo de la docencia universitaria en la Universidad del Zulia, Universidad del Sur del Lago y desde 1992 en la Universidad Nacional Abierta, Centro Local Nueva Esparta, con interés en las líneas de investigaciones referidas al desarrollo comunitario y al adulto en situación de aprendizaje, actualmente en el desarrollo de la tesis doctoral con tema de la Escuela. Reencuentro de saberes y sabores.